Vivimos en un mundo que invita a la velocidad. Para enfrentar los desafíos de vida diarios caemos en un ritmo de acción acelerado y cada vez nos alejamos más de la inteligencia innata de nuestro cuerpo para alimentarnos y darle valor a este proceso tan importante para la vida.
Hemos perdido entonces la curiosidad frente a la comida, tendemos a alimentarnos de manera automática, con poca consciencia, sólo como un acto indispensable y obligatorio para la vida o en ocasiones, como un mecanismo de compensación ante distintos estados emocionales, pero no nos damos cuenta; todo ello afecta de manera significativa nuestra salud física y mental.
La alimentación consciente o mindful eating se refiere básicamente a aplicar las técnicas de atención plena o el mindfulness en el acto de comer, en cada rutina de alimentación de nuestra cotidianidad, o dicho de otra forma, se trata de enfocar la atención a cada situación asociada con los alimentos, desde adquirir los ingredientes para preparar, la preparación, comer y finalmente, la observación acerca de cómo nos hacen sentir una vez los consumimos.
“Comer con atención plena es comer con intención”
Al ser conscientes de cada bocado desde el momento que lo tomamos del plato y lo llevamos a la boca, podemos influir en lo que comemos, cuánto alimento tomamos y cómo nos sentimos física y emocionalmente respecto a la alimentación en cada momento; esto propicia una transformación de nuestra relación con la comida, llevándonos a experimentar mayor libertad y sensación de control en esta acción.
Muchos son los beneficios de esta práctica, veamos algunos:
Revisemos algunas recomendaciones que nos sugieren los expertos, pues esta no es una práctica aislada, sino que hace parte de la atención plena y el mindfulness como un estilo de vida, pues quien sabe vivir en el momento presente, sabe que es humano en ocasiones viajar con la mente al pasado o al futuro, logra reconocer este momento y utiliza estrategias para volver a su actividad.
Es muy importante que en las horas de la comida nos desconectemos de otras actividades y que esta sea una cita tan importante como cualquier reunión del día, es la cita con nosotros, con nuestra alimentación: apaga el televisor, deja el teléfono móvil de lado, la computadora y la tecnología por completo. Come en la mesa o un lugar especial para esta actividad, en lo posible mantén un horario y sirve tu porción. Procurar comer despacio y masticar muchas veces es muy recomendable para practicar la alimentación consciente.
Una estrategia que puedes aplicar si se te dificulta definir un horario puntual en la agenda diaria para comer, es programar citas con otras personas para compartir un desayuno o cena, lo que te ayudará a respetar con mayor rigor este horario en tu agenda.
La lentitud en la atención plena optimiza la digestión y ayuda al cuerpo a responder a las señales de saciedad natural, pues el cerebro anuncia que ya es suficiente y el cuerpo tarda hasta 20 minutos en reconocer este dato.
Por ello, la mayoría de veces, cuando comemos sin atención plena, dejamos de comer al terminar toda la porción que está en el plato o incluso, cuando nuestro cuerpo ubica una sensación de excesiva llenura, quiere decir entonces que hemos comido de más, cuando ya era suficiente, pero no conectamos nuestro cuerpo con el mensaje del cerebro, precisamente por el afán y la falta de atención.
Masticar alrededor de 25 veces un bocado y poner los cubiertos sobre el plato entre cada bocado, hacen parte de un protocolo y etiqueta en la mesa, que bien puede ser útil para practicar mindful eating.
La experiencia de comer es multisensorial y por la prisa olvidamos saborear con detalle cada alimento. Es por esto que en esta práctica identificamos cada ingrediente, a través del oído, la vista y el olfato inicialmente (sonidos, apariencia, colores, aromas), también reconocemos las texturas y sabores de los alimentos (tacto y gusto), nos preguntamos de dónde provienen y cómo beneficiarán nuestra mente, cuerpo y alma.
También nos conectamos con lo que experimentamos en el momento de comer, qué sensaciones nos produce estar solos o acompañados en ese instante.
Muchas veces comemos por aburrimiento, por simple costumbre o estrés.
Tómate un tiempo para conectar con tu cuerpo y pregúntate si realmente necesitas comer o simplemente necesitas hablar, descansar, tomar una pausa, hacer unas respiraciones profundas, darte unos minutos al sol o tomar un vaso de agua.
Gracias a la tecnología, en la actualidad puedes contar con comunidades o incluso aplicaciones que pueden darte soporte para continuar con esta práctica y hacerla un hábito.
Puedes encontrar en nuestra App Bambú prácticas para meditar y realizar actividades del día a día con atención plena, como comer, tomar una bebida, hacer deporte, caminar y otros momentos del día.
Monitorea si lo estás logrando, preguntándote ¿cómo te sientes acerca de tu alimentación?, ¿cómo preparaste los alimentos?, ¿qué tan presente lograste estar en cada encuentro contigo a la hora de comer?, ¿qué es lo que impulsa tu hambre?, ¿identificas alguna emoción que calmas al comer?, ¿qué elegiste comer?, ¿planificas los alimentos que vas a comprar?.
Recuerda además hacer las compras para proveer tu cocina en un momento que no tengas hambre y pregúntate si lo que llevarás te va a satisfacer física y mentalmente.
En Bambú hemos construido junto a Guilt, esta Guía de Mindful Eating que queremos darte de manera gratuita.
Recíbela en tu correo para que te reconectes con el momento de comer.
How to practice mindful eating in 5 steps:
https://blog.smilingmind.com.au/how-to-practice-mindful-eating-in-5-steps
6 Ways to practice mindful eating:
https://www.mindful.org/6-ways-practice-mindful-eating/
Un Bocado cada vez:
https://mireiahurtado.es/un-bocado-cada-vez
Mindful eating: ¿Qué es y cómo iniciarse?:
https://forbes.es/lifestyle/40925/mindful-eating-que-es-y-como-iniciarse/